La selección Alemana de Balonmano pasó por encima a España (17-24), en la final del europeo. Con esta ya son cuatro finales europeas perdidas. Puede decirse que es el peor partido hasta la fecha jugado por la selección nacional que no contaba ni con lesionados ni bajas y que estaba acostumbrada a grandes éxitos y triunfos.
Dominaba el encuentro Alemania y al descanso, a pesar del desastre, aún cabía alguna posibilidad de remontada (6-10). El ataque español era un auténtico caos, jugando lento y con pases comprometidos y concentrando el juego en el centro del campo donde los jugadores alemanes dominaban en altura.
En la segunda mitad Alemania, que no empeoraba, siguió goleando a los Hispanos que no mejoraban. Pues, los españoles recibimos de nuestra propia medicina acostumbrados a golear y apisonar a los rivales en las finales.
Una de las claves para la final fue el joven portero de 24 años Wolff que anuló toda opción de los extremos y lanzadores españoles y que se comportó con la serenidad de un veterano.
Una medalla de playa merecida pero con sabor amargo por esta dolorosa derrota que manda a la selección a luchar por una plaza para los Juegos Olímpicos de 2016 al preolímpico.
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